El unipersonal “Vivamos con alegría” comienza y entonces el rostro de cada uno del público se va convirtiendo en una sonrisa que se volverá risa en cada canción, cuento o anécdota.

 

“Vivamos con alegría” es un mensaje de esperanza, fe, optimismo y el amor que se transmite en un canto popular.
Zapata le ganó al tiempo porque desde que apareció en la década del 60 con “La gorda” y “No vamo a trabajar” pasaron generaciones y se presenta con la plenitud y experiencia que le dio la vida.
Su actuación tiene mucho de nostalgia porque como su repertorio es original y no carbónico sólo a él se le puede escuchar “Parece que va a llover”, “Regalito”, “El pajarito negro”, “Mi hija va a cumplir 15 años”, “La pulgota rechoncha”, “Historia de un pedazo de pizza”; a más de uno la noche se le hace poblada de recuerdos cuando piensa junto a que familiar querido escuchó esas canciones hace años.

 

Con “Vivamos con alegría” va a cada localidad para cumplir su noble misión de entretener y alegrar a todos. La gente riendo se olvida de los problemas cotidianos en este momento en que la vida está difícil, y la risa pasa a tener una importancia vital.

Zapata es leyenda viva de un cantor, que eligió el pueblo a través de los años y es el creador de picardías que alegran los corazones.

 

Cuando “Vivamos con alegría” llegue a su fin, la actuación de Rodolfo Zapata pasará a ser un hermoso e inolvidable recuerdo.

Quedará flotando la pregunta: ¿Cuándo volverá?
Un hincha le grita el infaltable ¡No te mueras nunca!
Y lo hace con tanto amor que se olvida que los años pasan para todos…

¡Vivamos con alegría!